Por JJ Gallo
Corría el día jueves 4 de Julio del año 2013 cuando inicio nuestro viaje a Ensenada. Hasta donde sabíamos, contaríamos con la presencia de Amelia Brodka y Matt Condon (Embajadores de la Fundación Poseiden, de California) en la tropical ciudad para esparcir el maravilloso germen del skateboarding.
Corría el día jueves 4 de Julio del año 2013 cuando inicio nuestro viaje a Ensenada. Hasta donde sabíamos, contaríamos con la presencia de Amelia Brodka y Matt Condon (Embajadores de la Fundación Poseiden, de California) en la tropical ciudad para esparcir el maravilloso germen del skateboarding.
La visita
de estos jóvenes emprendedores básicamente se debía a que querían conocer la
escena monopatinera y tratar de fomentarla de cualquier manera posible con una
demostración pero se les ocurrió la magnífica idea de pasarles báscula a los
jóvenes norteamericanos que frecuentan los mismos skateparks (YMCA
principalmente) que ellos en la ciudad de San Diego, California (en los iunared
para los que no cruzan). A como nos contaron la historia, comenzaron
recolectando tablas, baleros, llantas, etc. que eran de su propiedad y de
amigos cercanos cuando de pronto más gente curada se enteró y comenzaron a
donar todo lo que les sobraba para rolarle a los compas de Ensenada que tienen
muchas ganas de darle pero no mucho con qué.
Empezando el día en Ensenada. Hurvey Haskins, J.J. Gallo, Erick Bio y Amelia Brodka.
Como todos
sabemos, el skateboarding es una adicción un tanto cara ya que mantener una
patineta en buen estado requiere de gastos constantes y cuando uno está morro y
no tiene ni para los cheetos de bolita pues está bien pesado poder traer una
tabla buena y peor aún unas buenas bases. Todos los que tenemos tiempo en esto
sabemos que nuestros compas siempre nos han apoyado rolándonos lo que les sobra
o vendiéndonoslo bara cuando se hacen de algo nuevo, en lo personal me toco
perrearla mucho tiempo patinando tablas que ni eran de mi medida pero tenía que
hacer durar hasta que se convirtieran en calabaza, asi que ellos tomaron la
iniciativa de pensar en esto y traer todas las tablas y partes donadas por
patinadores que cambian de equipo como de calzones, por lo menos eso parecía ya
que todo lo que trajeron estaba en muy buen estado.
Producto donado, incluía 50 tablas, 40 pares de bases y 30 pares de llantas.
Foto cortesía: Matt Condon
Foto cortesía: Matt Condon
Matt y Amelia entregando producto a todos, incluyendo papás que iban pasando.
Luego de
patinar un rato se decidieron a abrir la cajuela y regalarle cosas a los morros
que se veían motivados y ya hecho esto se comenzó a correr la voz y el parque
poco a poco se fue llenando de morros patinándole “con todo” para que vieran
que también hay potencial en Ensenada, lo cual prosiguió con la develación del
producto que tenían y comenzaron a repartir todo lo que traían a como se fueran
acercando los morros e intentaban satisfacer las necesidades de llantas,
baleros y bases de los patinadores que más las necesitaban. Llego un punto en
el que todos en el skatepark contaban con su tabla donada, lo cual fue muy
gratificante ver ya que sabes que pueden estar tranquilos mínimo un mes más sin
tener la preocupación de quedarse sin patinar por falta de “domingos” para
comprarse una tabla.
Todos felices, todos contentos.
Pero como
todo tiene sus pros y sus contras, no se hicieron esperar esta vez tampoco…todo
mundo quería algo gratis, y ese no es el problema. El problema es cuando
comienzan a llegar señoras, cholillos y hasta el camión del gas a tratar de
agarrar cualquier cosa que este en desprevenido, lo cual puede llegar a ser
molesto para los que están tratando de hacer una obra buena debido a que uno no
sabe si estas personas de dudosa procedencia en realidad tienen un hijo que
patina o solamente quieren el producto gratis para andarlo traqueteando por
ahí, puede que nada de esto sea de nuestra incumbencia ya que se tratan de
donaciones y el usuario final es el que decide qué hacer con ellas, pero
gracias a este tipo de acciones otros morros que si patinan y llegaron
ligeramente tarde no alcanzaron ni un tornillo; éste tipo de cosas, al igual
que el clima, están fuera de nuestro control.
Al final llevaba todo un patín completo.
Después de
la repartición en el skatepark de Punta Banda nos dirigimos a patinar un spot
secreto del cual no puedo revelar nada más que patinamos buen rato relajados
aislados de las “multitudes”. Finalmente terminamos en la punta de un cerro en
una iglesia cristiana que cuenta con una “mini” muy buena en la cual nuestros
amigos Norteamericanos nos mostraron sus habilidades dando muy buen espectáculo
aunque esta vez sin más audiencia que nosotros mismos, tres niños en scooters y
gente que iba en llegando a la iglesia. Al fin del día de eso se trata, de
patinar para ti mismo y cotorrear con los que sigan el rollo.
Terminando en una mini.
Finalmente
llegó la hora de partir y nos despedimos de ellos mientras amenazaban con
volver ya que tomaron suficientes fotos para regresar con la prueba de que el
cotorreo fue un éxito y seguir fomentando las donaciones de los hommies del
“otro lado” para los hommies de este lado y volver el sábado 6 de Julio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario